jueves, 25 de febrero de 2016
Aparato fonador.
La emisión de la voz es una cuestión muscular, resuelta por la posición de la laringe. Para las vibraciones de las cuerdas vocales se conviertan en voz no hay que pensar mucho, basta con respirar y tomar alguna decisión: el aire que respiremos a través de la laringe hará vibrar estas fibras. La presión definirá la intensidad del sonido. De la longitud, el grosor y la tensión de las cuerdas vocales dependerá el tono y la tesitura. En la expulsión del aire, la lengua, el paladar blando y los labios diferenciarán nuestro timbre del otro ser humano.
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