Tu sistema linfático está compuesto por vasos linfáticos, que trabajan para proteger tu cuerpo de gérmenes e infecciones. Tus vasos sanguíneos filtran un liquido llamado linfa, que contiene agua y otras cosas buenas. Los vasos linfáticos recogen la linfa y la devuelven al torrente sanguíneo. Antes de que la devuelvan, pequeños órganos llamados ganglios linfáticos trabajan con otros tejidos y órganos para crear glóbulos blancos que combaten los gérmenes.
Información adicional:
Los ganglios linfáticos son más o menos de tamaño de un frijol. A veces, cuando te resfrías, puedes sentir estos nódulos en el cuello. La gente dice que se te inflaman las amígdalas, pero son los ganglios linfáticos que están trabajando duro.
La linfa no tiene un corazón que la bombee por todo el cuerpo. Se mueve cuando tus músculos se mueven, que es otra razón por la que hacer ejercicio es importante.
Amígdalas:
Tienes cuatro grupos de amígdalas que ayudan a combatir las infecciones.
Ganglios axilares:
Hay de 20 a 30 nódulos linfáticos alrededor de tus axilas.
Apéndice:
Este órgano linfático puede concentrar demasiados gérmenes e infectarse.
Vaso linfático:
Muchos metros de vasos recojen la linfa del cuerpo y luego la envían a la samgre.
Bazo:
Limpia la sangre y se deshace los gérmenes.
Médula ósea roja:
Aquí es donde desarrollan los glóbulos rojos y blancos.
Macrófago:
Las células sanguíneas llamadas macrófagos ayudan a combatir gérmenes.
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